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Alma hambrienta


















Ni en cien mil vidas dispondría de tiempo suficiente para leer todo lo que deseo; para escuchar toda la música maravillosa que debe ser escuchada, para contemplar los trazos de óleo sobre tantos lienzos que son necesarios mirar para poder conocer la belleza.

No hay espacio suficiente en el Universo para el anhelo de conocimiento que me motiva y me atormenta al mismo tiempo. No puedo evitar pensar que nunca seré del todo "yo" sin poder sentir lo que tan desesperadamente deseo a través de la belleza y la iluminación que el arte, la música y la literatura ofrecen esperando que se lo tomen las almas hambrientas como la mía. Hambrienta de todo el amor, el dolor y la vida que cada libro, lienzo y pieza contiene en su mera existencia.

No hallo palabras capaces de hacer de espejo a mi frustración por todo lo que sé que no tendré el tiempo suficiente para poder ver, leer o escuchar.

Siento sin remedio de razón que, perdiéndome todo eso, me pierdo también a mí misma; como si estuviera mutilada o incompleta por todas las partes de mí que me faltan y que sé que se hayan esparcidas por todos los libros que ansío leer, en toda la música que anhelo escuchar y toda la belleza que desespero por contemplar.

He perdido la batalla antes si quiera de empezar, en un mundo donde - como dijo mi amiga Mafalda- lo urgente no deja tiempo para lo importante.

Asumiré esta desgracia como la fortuna de tener un desafío que dé sentido a mi existencia y también - por qué no decirlo -, conservar siempre la dulce juventud de sentirte en la emoción de no dejar nunca de descubrirte a cada paso como alguien que no pensabas si quiera que existía.

 


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