DÓNDE HABITAS
- Laura Podadera
- 23 ago 2016
- 1 Min. de lectura

En el plano de mi corazón tu calle ya no está llena de vida,
no están abiertos a todas horas los cafés, ni quedan ya farolas encendidas.
En tu calle, antaño nuestra, la música se tornó silencio,
y en sus esquinas, ahora desiertas, ya no estallan nuestros besos.
No queda ya rastro de nuestros pasos,
y es que el tiempo deshizo lo que el viento no voló.
Ahora en su cielo, reina el ocaso
y la sombra de sus muros engulle su color.
En tu calle, hace tiempo, brillaban las estrellas,
la lluvia caía y olía a ti por todas partes.
Ahora, la nada es lo que queda, vacía,
ya no huele más que a las palabras que callaste.
Debo a veces pasar cerca de camino hacia otra calle
y miro, como a tientas, el umbral donde encontrarte.
Ya no te amo, es cierto, pero qué pena siento al ver
cómo es tu calle ahora, sabiendo cómo fue.